La sola expresión ‘Padre Nuestro’ es una introducción de confianza ante un Padre amoroso, a quien podemos acercarnos confiadamente por su eterno amor demostrado según Juan 3:16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna».
La expresión de la palabra ‘nuestro’, en la oración Padre Nuestro, denota que otras personas tienen el mismo acceso y derecho de llegar por medio de la oración a Dios, que tenemos una hermandad grande en la tierra y que somos hijos del mismo Padre Celestial, conectados en unidad al mismo Padre.
La frase «Que estás en los cielos» en la oración del Padre Nuestro, nos habla de la grandeza, magnitud y gloria de Dios, y equilibra la totalidad de la frase, ya que si bien, Dios es nuestro Padre, también es necesario notar que El habita en los cielos, y que esto implica una gran diferencia.
La confianza que esta frase “Padre nuestro” nos inspira, matiza de gratitud nuestra oración, y nos imparte un profundo agradecimiento a Dios por haber enviado a su hijo Jesucristo a redimirnos porque sin su sacrificio en la cruz, no tendríamos derecho de llamarlo «Padre».
Dios es el origen y fuente de todo espíritu humano. Tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento encontramos varios textos que respaldan y amplían el concepto de la paternidad Espiritual Divina, por ejemplo:
Hebreos 12:9, «Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?».
Eclesiastés 12:17, «Es que el polvo vuelve a la tierra, como era: y el espíritu vuelve a Dios quien lo dio».
Isaías 57:16, «Porque no he de contender para siempre, ni para siempre he de estar airado, pues se desmayaría delante de mí el espíritu y las almas que he creado».